Control de esfínteres: Una historia larga y agotadora, un final feliz.

Cuando Tavi tenía dos años, nosotros en plan de juego lo invitamos a ir al baño para hacer pipí unas cuantas veces, él celebraba con nosotros cuando lo lograba, era esa época en la que sabíamos que algo andaba mal, pero que verlo lograr ir al baño correctamente de vez en cuando nos daba luces de esperanza. No teníamos diagnóstico para aquella época y no teníamos idea de lo que íbamos a enfrentar intentando hacer el famoso “toilette training”.

En esa época no insistimos mucho, lo llevábamos de vez en cuando y para Tavi era simplemente un juego, algo opcional que no significaba para nada un cambio en su vida. El pañal seguía ahí, y siguió por mucho tiempo más.

A los tres años y medio fue nuestro primer intento formal de concretar el entrenamiento y salir de los pañales. Intentamos usar los métodos que usan todos los padres, todos los que salen en internet (la app, la pizarra de estrellas y stickers, imágenes explicativas, dejarlo sin el pañal y llevarlo periódicamente, pedirle ayuda para limpiar cuando había accidentes, etc.). Pasaron un par de semanas en las que yo creía que me volvía loca, no paraba de limpiar y cada día perdía mas la esperanza de que Tavi captara la idea.

Hicimos lo que todos saben que no se debe hacer, retroceder y volver a el pañal, y es que Tavi es especial, hay que tener un método especial. Nos sentimos terriblemente frustrados y muy tristes de haber causado esta confusión en Tavi. Pasamos la página y esperamos un tiempo.

A los cuatro años y medio, Tavi seguía logrando ir al baño de vez en cuando para pis, cuando se lo pedíamos, sin obligación, celebrábamos igual que hacía dos años cuando esto comenzó. En esa época empezamos la intervención ABA con consultores para padres (Knospe ABA) y con una terapeuta particular y decidimos comenzar formalmente el entrenamiento.

El método era bien detallado y extenso, había que aplicarlo con mucha precisión. Utilizamos el método que ellos llaman “potty training, the happy way” escrito por el director de la empresa consultora de ABA. La primera página era un checklist para validar que el niño estuviera listo para entrenarlo (cosa que era primera vez que veíamos) esa lista indicaba, por ejemplo: es capaz de sentarse y esperar un tiempo determinado, es capaz de bajar y subir los pantalones por sí mismo, ya ha logrado hacerlo correctamente alguna vez antes de empezar el entrenamiento formal, tiene una plataforma de terapia ABA donde ya él entiende la dinámica del reforzamiento positivo, etc. Tavi cumplía con todas las premisas a tomar en cuenta así que decidimos avanzar.

El entrenamiento fue muy largo, muchos días de encierro, muchos logros desde el primer día, pero también mucha frustración para nosotros. Yo estaba agotada y sinceramente dudaba mucho de que podría lograrlo, en muchos momentos pensé tirar la toalla. En esa fase del entrenamiento logramos que controlara 100% solo pipi, yo finalmente me sentía orgullosa de lo que había captado, pero en cierta forma triste porque necesitábamos un plan para reforzar el control de la caca.

Así paso un año, hasta que tenía más de cinco años (es decir, hasta hace unos pocos meses) Tavi había logrado hacer caca correctamente en el baño unas cinco veces en toda su vida. Yo insistía en no regresar al pañal así significara que iba a tener que lidiar directamente con aquello en su ropa interior hasta que lo lograra entender.

En el cole finalmente el director nos dijo hace unos seis meses que no nos preocupáramos por el pañal, que él iba a continuar yendo al baño a hacer pipí sin problema, que era imposible que tuviera una regresión. Tuve que aceptar regresar al pañal porque sé lo difícil que es lidiar con la caca sin pañal (lo pueden imaginar).

Ahí vino la regresión, no había forma de que Tavi lograra hacer pipí en el baño mientras usaba el famoso pañal “pull ups”, durante los fines de semana intentábamos sustituirlo por ropa interior normal para que no olvidara que ya sabía ir al baño, pero los accidentes eran más frecuentes que los aciertos. Por unos tres meses regresamos, Tavi utilizó el pañal el 100% del tiempo. Una época muy dura y desesperanzadora para nosotros. Cada vez que lo cambiaba no podía creer lo que nos estaba pasando, otra vez después de tantos meses de esfuerzo, yo lo consideraba un fracaso.

En mayo de este año comenzamos con la intervención nutricional con @nutriwhite, hubo unos meses duros de adaptación, pero una de los primeros temas que recuperamos fue el tan anhelado entrenamiento para el control de esfínteres, algo me dice que las mejorías por la dieta lo ayudaron, nada que pueda asegurar, pero así lo siento yo. Esta vez fue muy rápido, en menos de dos semanas ya Tavi estaba libre de accidentes de todo tipo, 100% entrenado utilizando el mismo método, el método utilizado por los expertos en ABA.

Hoy en día sé que nada es seguro; un año y medio después de haber empezado formalmente el entrenamiento, que a pesar de que no está teniendo accidentes y que ya es prácticamente tema cerrado, sé que en el mundo de TEA todo puede cambiar de un momento a otro. Me gusta manejar mis expectativas de una forma balanceada pero no puedo evitar sentir un inmenso alivio de haber logrado controlar esfínteres ya por un par de meses sin accidentes!

El control de esfínteres en esta casa ha sido motivo de llanto y de celebración, de felicidad y frustración, de cansancio y orgullo, pero definitivamente ha valido la pena!IMG_4747

Control de esfínteres

Destrezas aprendidas

4 comentarios en “Control de esfínteres: Una historia larga y agotadora, un final feliz.”

  1. El inmenso amor,insistencia,perseverancia,conocimiento y el más bello ser humano te llevaron a otro gran éxito. Gracias en nombre de mi nieto predilecto Gustavito.

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    El 13 ago. 2018, a la(s) 8:25 a. m., Crecer contigo escribió:

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